Para enfrentarse a una toma de color dental es esencial comprender la dinámica de la luz, con los pigmentos y la multitud de variables a controlar. Si a esto sumamos la incapacidad del ojo humano para percibir el color de una manera precisa, nos daremos cuenta que nos enfrentamos una tarea de máxima complejidad.
La preocupación por el color viene de lejos, pero no fue hasta principio de 1900 que Henry Munsell puso orden, dándonos unos parámetros objetivos para comunicar el color.
La evolución de los materiales restauradores, y el desarrollo de nuevos protocolos, han permitido a técnicos y clínicos copiar de forma más fidedigna las características que muestra el diente natural (tanto estéticas como mecánicas). De esta forma, podemos dar mejor respuesta a las exigencias de nuestros pacientes.
¿Qué profesional debe efectuar la toma de color dental?
Tanto clínicos como técnicos están capacitados para tomar el color. Sin embargo, no debemos olvidar que al final siempre será el técnico quien deberá interpretar el color y desarrollarlo. Si hay algo complicado de verdad, es la comunicación del color, por lo que siempre será más lógico que la persona que va a desarrollar la estratificación sea la que se encargue de analizar y comprender el mapa de cromático. Pero, hoy en día, con las nuevas lecturas numéricas del color esta comunicación resulta mucho más simple y precisa.
¿Bajo qué luz se debe efectuar la toma de color?
Mucho se ha escrito sobre qué luz es la mejor para tomar el color pero, realmente, este parámetro no es tan importante. Tal como se describe en el libro de August Bruguera, Sombras un mundo de color, el parámetro a controlar es el metamerismo, es decir, el efecto que hace que dos colores diferentes parezcan iguales ante un foco de luz determinado. Para evitar este fenómeno bastará con tomar el color bajo dos focos de luz distintos, y comprobar que este continua pareciéndose al del paciente
“La posible existencia de metamerismo la hemos de detectar en la toma de color. […] cuando ya creemos haber hallado la dentina correspondiente, la debemos comprobar ante un nuevo foco de luz, basta con que añadamos, por ejemplo, la luz de sobremesa de nuestro puesto de trabajo. Si ante este nuevo foco de luz las dos dentinas cambian hacia la misma dirección y continúan siendo parecidas, significará que ese es el color de nuestro paciente. Pero si por el contrario, cuando cambiamos el foco de luz observamos, por ejemplo, que la dentina del paciente se nos satura de naranja y la de la guía de amarillo, será señal inequívoca de que estamos ante un fenómeno de metamerismo y tendremos que empezar de nuevo la toma de color, buscando otra dentina.
Este paso de comprobación con otro foco de luz es recomendable realizarlo con todas las masas que vayamos a buscar en los dientes remanentes del paciente, pero sobre todo con las dentinas.”
Las características del color
Para que la toma de color sea un éxito, se requiere una buena comprensión del lenguaje del color según Munsell, es decir, entender las características del color: tinte, saturación y luminosidad. A estas cualidades August añade la translucidez.
• El tinte es como preguntarnos: “¿qué color es? Rojo, azul, amarillo, etc.”. Si nos referimos a los dientes sería como preguntarnos a qué grupo de color de la guía Vita pertenece este color: “¿A, B, C o D?”.
• La saturación es la cantidad de tinte que tiene un color. Si lo valoramos con la guía Vita, antes determinamos en tinte. Imagínate tinte A, ahora la saturación: A1, A2 A3…, cada vez más saturado.
• La luminosidad es la cantidad de blanco que tiene un color. Imagína Dentina A3, si a esta dentina le añadimos blanco, lo que estamos haciendo es aumentando el valor. Es decir, una dentina poca tiene más valor que una dentina normal.
• La translucidez. Según el criterio de August Bruguera, la translucidez es la cuarta característica del color, al menos en nuestra profesión. Tal y como lo explica en su libro Sombras un mundo de color: “el éxito de conseguir la integración de una corona, en lo que a color se refiere, radica en encontrar el equilibrio entre luminosidad y translucidez”. Sin duda son los dos parámetros a controlar.
La toma de color dental es un arte
La toma de color dental es todo un arte que requiere de gran destreza y mucha práctica. En este post solo hemos dado unas pinceladas de lo mucho que hay que aprender sobre este tema.
Entre los varios, y prestigiosos, cursos de nuestro Dental Training Center hemos creado formaciones exclusivas para que adquieras destreza y llegues a ser un gran experto en este arte. Dominando las técnicas sobre cómo interpretar el color, darás a tus pacientes la excelencia que merecen y conseguirás que tu laboratorio y/o clínica dental destaque de la competencia. Conseguir una buena restauración estética es apasionante, pero complejo, aprende con los profesionales más capacitados y reconocidos del sector, ¡conviértete en un experto!
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