La odontología preventiva se encarga de evaluar la salud bucodental de cada paciente y tomar acciones para anticiparse a la aparición de enfermedades o condiciones como, por ejemplo, infecciones de encías, perdida de piezas dentales, caries, etc.
Esto requiere una higiene dental adecuada y un seguimiento periódico con el dentista u odontopediatra. De modo que el objetivo principal de la odontología preventiva es actuar antes de que ocurra el problema.
Existen tres niveles de prevención:
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Primario: se basa en reducir la probabilidad o el riesgo de aparición de afecciones bucales.
- Secundario: se lleva a cabo cuando la prevención primaria falla. Consiste en aplicar un tratamiento odontológico para evitar que la enfermedad avance y mantenerla controlada. Además, se encarga de reparar los tejidos dañados.
- Terciario: se aplica en caso de que no hayan tenido lugar los dos niveles anteriores, es decir, cuando la enfermedad ya está avanzada y el objetivo principal es limitar la lesión para evitar consecuencias mayores. En este nivel se sustituyen los tejidos dañados para devolver funcionalidad a la boca.
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